martes, 4 de abril de 2017

Desgranando las estrategias docentes más efectivas. ¿Qué dice la investigación? (1/3)

Escribe Javier Tourón




























En la entrada anterior presentaba 10 estrategias que la investigación ha revelado que son eficaces en la tarea del profesor. Ahora vamos a desgranar, brevemente, las estrategias mencionadas. Me baso en el trabajo de Shaun Killian quien amablemente me ha autorizado a traducir su texto para compartirlo con vosotros. Para distinguir sus aportaciones de las mías, cuando las haya, pondré la traducción adaptada de su texto en cursiva. Los números en paréntesis, cuando los haya, señalan la magnitud del efecto de la estrategia según los estudios realizados. Puede encontrarse información sobre el tamaño o magnitud del efecto y su significación educativa aquí.

Estrategia 1. Establecer objetivos claros (0.75)
Es crucial que el profesor sea claro sobre lo que quiere que sus estudiantes aprendan durante cada lección. El efecto que dicha claridad tiene sobre los resultados de los estudiantes es un 32% mayor que el efecto de mantener altas expectativas para cada estudiante (y mantener altas expectativas tiene un efecto considerable, 0.43). Si no puedes expresar rápida y fácilmente lo que quieres que tus alumnos sepan y puedan hacer al final de una lección dada, el objetivo de tu lección no estará claro. Los objetivos claros para cada lección te ayudan (y a tus estudiantes) a enfocar cada aspecto de la misma en lo que más importa.

El otro día indicaba, recordando a mi gran amigo David Isaacs, que "un objetivo es la expresión de un resultado deseado, previsto y, al menos en parte, alcanzable. La taxonomía de Bloom y sus múltiples desarrollos son un elemento muy interesante para ayudarte a formular objetivos claros, precisos y de valor educativo. Son la clave del proceso de aprendizaje, son "la función u operación cognitiva que el alumno deberá realizar con el contenido", como me gusta definirlos. Si la función u operación cognitiva es de bajo nivel, el aprendizaje también lo será. Por eso hay que formular objetivos con distinto nivel de reto (cognitivo) para alumnos de más capacidad, y otros de menor exigencia para alumnos de capacidad más modesta. No todos podrán llegar a los mismos niveles, no nos engañemos, pero reducir el nivel de reto y exigencia hasta alcanzar al alumno medio (que no existe), es una mala práctica que hace poco eficaz tu trabajo y perjudica gravemente a tus alumnos más brillantes. Por eso ¡qué importante es la evaluación!


Estrategia 2. Dí a tus estudiantes qué es lo que necesitan saber y muestrales qué deben ser capaces de hacer (need to know & be able to do)

Normalmente debes comenzar tus clases con mostrando y diciendo. En pocas palabras, decir implica compartir información o conocimiento con tus estudiantes, mientras que mostrar implica modelar cómo hacer algo. Una vez que tengas claro lo que quieres que tus estudiantes sepan y sean capaces de hacer al final de la lección, debes decirles lo que necesitan saber y mostrarles cómo realizar las tareas que deseas que puedan hacer. No quieres pasar toda tu lección con los niños escuchándote, así que concentra tu actividad y cuéntales lo que más importa. Para hacer esto, echa otra mirada al objetivo que has planificado para la lección.

Estrategia 3. Utiliza preguntas para comprobar que tus alumnos han aprendido

La investigación sugiere sugiere que los maestros típicamente pasan una gran cantidad de su tiempo de enseñanza haciendo preguntas. Sin embargo, pocos maestros usan las preguntas para verificar la comprensión dentro de una lección. Sin embargo, siempre debes comprobar la comprensión de tus estudiantes antes de pasar a la siguiente parte de su lección o a un nuevo tema. Técnicas tales como el muestreo aleatorio, las tarjetas de respuesta de los estudiantes y el "explícaselo a un compañero" te ayudarán a comprobar la comprensión de tus estudiantes antes de avanzar desde la parte de tu lección  'mostrar y contar' de la estrategia anterior, mientras que puedes usar otras técnicas de interrogación en diferentes etapas de su lección.

Cuando aquí se habla de lección, o de la acción del profesor, entiendo que debe hacerse en un contexto amplio. Me explico. Mientras no encuentre otra expresión mejor en lugar de clase o lección prefiero hablar de "sesión de trabajo", que eso deben ser las clases, sesiones de trabajo en las que se llevan cabo acciones muy diversas, casi siempre a cargo de los alumnos, con la orientación, ayuda y guía del profesor. Decir clase, a todos nos trae a la cabeza la imagen de una persona hablando y un grupo de alumnos en pupitres perfectamente alineados en filas y columnas como las celdas de una hoja de cálculo. No tengo eso en la cabeza. Mira si no la defición de Flipped Learning que ofrecí en una de este blog: "Es un enfoque pedagógico y metodológico paidocéntrico que lleva a personalizar el aprendizaje de cada estudiante, ayudándole a asumir el peso y la responsabilidad de su propio progreso y desarrollo personal, haciendo para ello uso de la tecnología digital como herramienta necesaria para llevar a cabo dicha personalización, al tiempo que se fomenta un aprendizaje más profundo, flexible y creativo, de modo que el profesor se convierte en guía, mentor y consejero en el itinerario de cada alumno hacia el logro de sus metas". La releo ahora y sigo de acuerdo, al menos, conmigo mismo.

Estrategia 4. Haz que tus alumnos resuman la información nueva de manera gráfica

Los esquemas gráficos incluyen cosas tales como mapas mentales, diagramas de flujo y diagramas de Venn. Puedes usarlos para ayudar a los estudiantes a resumir lo que han aprendido y a comprender las interrelaciones entre los aspectos de lo que les has enseñado. Los estudios demuestran que no parece importar quién hace el resumen gráfico, seas tú o sus estudiantes, siempre y cuando el gráfico sea preciso. Discutir un resumen gráfico es una fantástica manera de terminar tu 'mostrar y contar' (estrategia 2). A continuación, puedes referirte a él una vez más al final de la lección ("sesión de trabajo").

Aquí puedes ver una explicación sencilla y práctica sobre los mapas conceptuales (o mentales, mindmaps). Hay multitud de herramientas gratuitas disponibles para hacer estos mapas. Puedes ver aquí, por ejemplo. A mi juicio, es uno de los mejores modos de adquirir una visión de conjunto sobre un tema y, en particular, una visión relacional de los conceptos o ideas. En mis clases presenciales de los últimos años solía pedir a los alumnos, como trabajo obligatorio, que realizaran un mapa conceptual completo de la asignatura que podían traer, naturalmente, al examen que, por cierto, era oral. Eso sí que era comprobar el aprendizaje y la visión relacional de mis estudiantes.

En la próxima entrada seguiremos tratando otras estrategias.

Tomado de Javier Tourón. Talento Educación Tecnología con permiso de su autor

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